Basket Formación


En Basket Formación encontrarás todo tipo de contenidos relacionados con el baloncesto de formación: fundamentos técnico-tácticos, metodología, preparación física, psicología, etc.

miércoles, 25 de julio de 2012

METODOLOGÍA Y CONCEPTOS DEL CONTRAATAQUE


          El contraataque es la verdadera esencia del baloncesto, convirtiéndose en una de las acciones más espectaculares y vistosas de este deporte, siendo estimulante tanto para jugadores, entrenadores y aficionados.


           Se trataría de la primera acción ofensiva, intentando llevar el balón con la máxima velocidad posible al campo de ataque y así poder lograr una ventaja que permita aumentar las posiblidades congeguir canasta (en superioridad o igualdad numérica). Normalmente los contraataques vienen precedidos de una buena acción defensiva previa que hace que el equipo contrario pierda el balón o realice un mal lanzamiento, aunque también pueden llevarse a cabo después de canasta.


          En primer lugar si se quiere tener éxito en esta faceta del juego, será importante que el contrataque se realice con rapidez pero con control y una buena lectura de juego. De esta manera es indispensable que el equipo disponga de una buena condición física para cambiar velozmente del rol de defensa al de ataque y un orden táctico que ayude a tomar buenas decisiones a los jugadores (sin olvidar los elementos técnicos que lo ejecutan).


           Hay que prestarle suficiente atención al contraataque en los entrenamientos porque son muchos los aspectos del juego que intervienen en él, siendo fundamental el fomento de la predisposición y la concentración en los jugadores, que con la adquisición de una serie de hábitos, facilitará su puesta en práctica.


          Por lo argumentos anteriormente expuestos, el contrataque es un contenido que el entrenador debe trabajar con asiduidad en el baloncesto de formación, adaptándolo por supuesto a la categoría o nivel del equipo que entrene.


           A continuación presentamos un video con los conceptos más importantes que consideramos que hay que tener en cuenta en la metodología de enseñanza del contraataque.


jueves, 12 de julio de 2012

EL PAPEL DE LOS PADRES EN EL BALONCESTO DE FORMACIÓN

         
          La influencia que los padres ejercen en la formación deportiva de los hijos tiene una vital importancia. De esta manera son los padres los que en un principio deben inculcar o fomentar el hábito de una disciplina deportiva a los niños cuando son pequeños, poniendo los medios necesarios para que puedan llevar a cabo esa actividad, pero sin llegar a que se convierta en una obligación para sus hijos y respetando siempre sus preferencias.


           Una vez que los chicos se han iniciado en la práctica deportiva, en nuestro caso el basket, los padres deben apoyarles en todo momento, implicándose y favoreciendo el proceso de la formación deportiva de sus hijos.


          El perfil de los padres puede ser muy variado, desde el típico que no se pierde ningún partido ni entrenamiento y que piensa que tiene más conocimientos que el entrenador, hasta el que sabe que su hijo hace deporte pero ignora si es basket, equitación o waterpolo. En este sentido, según Aristóteles "en el término medio está la virtud", y por tanto quizás un padre no debería estar siempre tan encima de su hijo que pueda llegar a agobiarle, ni mostrar una actitud totalmente pasota sin prestar atención alguna al deporte que realiza su hijo. En algunos casos los entrenadores no solo tendrán la misión de formar a los jugadores, sino también la labor de formar a los padres aunque no sea una tarea fácil.


          En líneas generales podemos afirmar que a los niños les gusta que sus padres vayan a verlos a las competiciones para compartir los pequeños méritos que consigan o que les animen cuando las cosas no vayan del todo bien.


          Por otro lado es muy habitual que los padres utilicen el deporte como herramienta para "amenazar" a sus hijos e intentar conseguir un comportamiento o actitud deseada. Es frecuente oir de lo chicos que sus padres los castigaron a no asistir a un entrenamiento porque se han portado mal o que si no aprueban todas las asignaturas del colegio/instituto tendrán que dejar el deporte. Los padres justifican estas decisiones afirmando que el baloncesto es lo que más le gusta a sus hijos y que es la manera más facil de poder influir en ellos. Está claro que la formación académica debe ser lo más importante para los chicos, pero si tenemos en cuenta que la formación deportiva fomenta una formación integral del chico podríamos formular la siguiente pregunta: ¿no hay otras formas de negociar con los hijos para que cumplan sus obligaciones? Yo estoy seguro que si, porque creo que aunque lo padres lo hacen con la mejor intención, no es justo privar a un chico de todos los beneficios que trae consigo la práctica deportiva, sin entrar a valorar que cuando un padre castiga a un jugador, está castigando al equipo entero.


          Otra situación también relacionada con la anterior, sería que los padres a veces no valoran lo suficiente los aspectos positivos del deporte, no sólo por la transmisión de valores sino a nivel de salud, y no inscriben a sus chicos a las escuelas o clubes deportivos porque sus agendas ya están demasiado apretadas con clases de inglés, informática, música, etc. No dudo que estas actividades puedan tener mucha relevancia en la vida de los niños en un futuro, pero haciendo referencia a la frase "mente sana en un cuerpo sano", es importante que los chicos tengan un equilibrio a través del baloncesto o de cualquier otro deporte (sobre todo ahora que los índices de obesidad infantil siguen creciendo en los países desarrollados).


          A continuación presentamos "Seis contra seis", un corto sobre el baloncesto de formación, dirigido por Marco Fettolini y Miguel Aguirre proyectado en la 12ª Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid en 2010, producida por "Aristócratas del Lumpen". En "Seis contra seis" presenciamos cómo la presión de los padres de jugadores de baloncesto no solo repercute de forma negativa en sus hijos, sino que además va en contra de los principios básicos y valores del deporte.


domingo, 24 de junio de 2012

EL CIRCO DE LAS MARIPOSAS


          Cuando hablamos del corto "El Circo de las Mariposas", protagonizado por Eduardo Verástegui y ganador del concurso "The Doorpost Film Proyect" en 2009, probablemente pensemos que no tiene nada que ver con el basket. Y quizás sea así, pero desde que Phil Jackson utilizó los dibujos animados de "El Mago de Oz" para transmitir detarminados mensajes a sus jugadores de los míticos Chicago Bulls de Michel Jordan, parece que el abanico de posibilidades se abre un poco más a la hora de buscar material didáctico para un equipo deportivo.


          Si reflexinamos sobre los temas que se tratán en este corto como la humildad, esperanza, autoconfianza, afán de superación o respeto a las diferencias individuales, problemente haya similitudes que podamos encontrar en cualquier grupo humano y un equipo de baloncesto no es una excepción.


          Por otro lado también podemos ver en "El Circo de las Mariposas" como se manifiesta el llamado efecto pigmalión, basado en la mitología griega cuando un escultor se enamora de una creación (Galatea). Afrodita la convierte en una persona real al comprobar el amor que sentía Pigmalión por ella. Este suceso fue nombrado como el efecto pigmalión, ya que superó lo que esperaba de sí mismo al crear una escultura tan perfecta que llega a enamorarse de ella.


          Esta historia se puede traducir al mundo del deporte cuando las creencias o las expectativas que los entrenadores tienen de sus jugadores ejercen una influencia en su rendimiento. Esta influencia puede ser positiva o negativa, de esta manera si un entrenador confía en un jugador y le hace sentir valioso dentro de un equipo, sus posiblidades de éxito aumentarán considerablemente porque tendrá mayor confianza en si mismo y afianzará o mejorará sus cualidades. También podría darse el caso contrario.





"Mientras mayor es la lucha, más glorioso es el triunfo"

sábado, 23 de junio de 2012

LA RESISTENCIA EN BALONCESTO


          La resistencia es la capacidad psicofísica del deportista para resistir la fatiga con una mayor o menor intensidad en un tiempo determinado. Podemos dividir la resistencia en:

Ø Resistencia aeróbica: permite mantener durante largo tiempo un esfuerzo continuo en el transcurso del cual el aporte de oxígeno a la sangre permite cubrir las necesidades del gasto muscular. Existe un equilibrio entre gasto y aporte que proviene de la oxidación del glucógeno y/o grasas acumuladas.

Ø Resistencia anaeróbica: permite prolongar durante el mayor tiempo posible un esfuerzo de intensidad máxima con una elevada deuda de oxígeno. Distinguimos entre:

w  Resistencia anaeróbica aláctica cuando se realiza esfuerzos intensos de corta duración, siendo la moneda energética el ATP muscular y la fosfocreatina (PC), por ejemplo una intensidad máxima durante 6 segundos o una intensidad submáxima durante 15 ó 20 segundos.

w  Resistencia anaeróbica láctica que sería entre 30 segundos y 2 minutos a una intensidad elevada, disponiendo como sistema energético la glucólisis anaeróbica consistente en degradar la glucosa con ausencia de oxígeno, de tal manera que se transforma en ácido láctico.

El baloncesto tiene un carácter de exigencia metabólico mixto. Tiene unos requerimientos de resistencia aeróbica por la duración del partido (una hora y media de trabajo más o menos) con un gran porcentaje de acciones rápidas cuyo metabolismo es anaeróbico aláctico y  aunque en los últimos estudios se demuestra que cada vez este deporte tiende a menos momentos de requerimiento láctico, también hay que tenerlo en cuenta.



Factores importantes que hay que considerar a la hora de planificar el trabajo de la resistencia en basket serían los tiempos de pausa y participación, según el estudio realizado por Colli y Faina (1987) llegan a las siguientes conclusiones:

·       Cerca del 52% de los tiempos de juego están concentrados en períodos que oscilan de 11 a 40 segundos, siendo muy raros los intervalos de juego que se prolongan hasta los 120 segundos.

·       El 42 % de los tiempos de pausa se concentran también están entre los 11 y 40 segundos con motivos de: balones que salen fuera, tiempos muertos, faltas o cambios de jugadores.


Otra consideración importante sería que la distancia media que realiza un jugador en un partido es de 5,5 km. Por último otro dato que hay que valorar es que durante la competición los jugadores de baloncesto suelen tener entre 160 y 195 pul/min y que lo descansos cortos e incompletos hacen que las pulsaciones no suelan bajar de las 110 p/m.

      La resistencia en baloncesto no es una capacidad condicionante como lo podría ser en deportes cíclicos como el ciclismo, natación o atletismo, por tanto el baloncesto lo podríamos definir como un deporte de potencia o fuerza explosiva. Aún así en el baloncesto y en los deportes colectivos hay que tener un nivel suficiente de resistencia general para poder asimilar los entrenamientos específicos, permitir el mantenimiento de una intensidad variable de carga variable durante el partido, evitar que el gesto técnico se distorsione o buscar la recuperación rápida entre las fases variables de esfuerzo y descanso.

En definitiva el entrenamiento de la resistencia en el baloncesto, tiene como objetivo el crear la base necesaria para un amplio entrenamiento técnico-táctico y también para mejorar la capacidad de recuperación durante las fases de baja intensidad competitiva.

La pretemporada es el período del año más importante en cuanto a trabajo de resistencia, sobre todo volumen de resistencia aeróbica creando una base para toda la temporada. Con el transcurso de los primeros entrenamientos se debe ir aumentando el volumen del trabajo de la resistencia paulatinamente. Después se buscará mayor especificidad de la carga disminuyendo el volumen y aumentando la intensidad (incrementando el ritmo en los ejercicios o reduciendo el tiempo de recuperación entre ellos).

La resistencia se puede trabajar mediante estímulos físicos o estímulos técnico-tácticos, es decir fuera de la cancha (basado principalmente en ejercicios de atletismo) o en pista (con el entrenamiento integrado). Cuando no se entrena con equipos profesionales es conveniente el trabajo de la resistencia en pista para rentabilizar el tiempo con contenidos técnico-tácticos, buscar mayor motivación en los jugadores y mayor transferencia al juego real.

 Cuando se planifican varios objetivos en la misma sesión, la resistencia aeróbica debería trabajarse al final para no condicionar el resto del entrenamiento, teniendo en cuenta el resto de contenidos. Una vez que ya se tiene la base aeróbica suficiente en el transcurso de la temporada, los ejercicios en los entrenamientos deben ser lo más parecidos posible a la competición:
·       No superar los dos minutos y medio de duración sin descanso (excepto en el calentamiento o períodos vacacionales como Navidad o Semana Santa).
·       No realizar pausas superiores al minuto y medio.
·       Llevar a cabo ejercicios con variaciones de ritmo.

Un error común en los entrenadores, aunque pretendemos que nuestros equipos se encuentren en las mejores condiciones físicas, es trabajar demasiado la resistencia repercutiendo negativamente en otras cualidades físicas como la potencia.

En categorías de formación hay que valorar no solamente la edad biológica de los jugadores sino la madurativa, ya que no todos los chicos tienen el mismo ritmo de desarrollo. En líneas generales podemos resumir:
-        Se puede empezar a trabajar la resistencia en categoría baby-basket desde los 8-9 años con cargas que impliquen grandes grupos musculares haciendo hincapié en la capacidad aeróbica. Por ejemplo carrera contínua durante 6 minutos a una intensidad del 60 %.
-        La capacidad aeróbica alcanza su nivel óptimo para poder trabajarla según Fernando Navarro entre los 10 y 13 años (en minibasket e infantil). En cambio no sería hasta los 12-13 años (categoría infantil) en chicas y 14-15 años (categoría cadete) en chicos, cuando deba trabajarse la capacidad anaeróbica láctica.







viernes, 8 de junio de 2012

LA MOTIVACIÓN EN BALONCESTO


           La motivación, podemos considerarla como la intensidad y dirección del impulso que nos lleva a actuar o a cambiar nuestra conducta en un sentido u otro. La realización de cualquier tarea humana está basada en factores motivantes, pueden ser internos o externos, que nos llevan a la actuación. En definitiva es la “gasolina que mueve el sistema” (Ruiz Pérez).



Factores internos de la motivación son: 1) la completa implicación en la actividad, 2) que la tarea constituya un desafío y raramente sea aburrida, 3) la percepción de que las posibilidades de realizar una tarea son perfectamente realizables con las capacidades que se tienen, si las habilidades son mayores que la oportunidad para utilizarlas llegará el aburrimiento, y si la dificultad de la tarea es superior a las capacidades del individuo, el resultado será la ansiedad o estrés.



Como factores externos encontramos recompensas económicas (primas por partido ganado, becas...), material deportivo, incentivos o refuerzos y estatus social...



Centrándonos en la motivación intrínseca (factores internos), será importante la gestión de objetivos para reducir la incertidumbre en los deportistas sobre lo que se espera de ellos, al mismo tiempo que se les proporciona información sobre cómo alcanzar sus metas, todo ello hace que aumenten las posibilidades de conseguirlas y se minimicen los costes.



Para la realización de esta gestión de objetivos tendremos en cuenta:

  • Diseño individual y grupal de metas. Participación individual y grupal de todos los miembros del equipo, buscando la aceptación y el acuerdo en metas realistas.

  • Calendario de objetivos. Los objetivos han de estar diseñados a corto, medio y largo plazo para que sean útiles. Son también más efectivos los que se basan en la ejecución y no en el rendimiento.



La consecución de objetivos o metas hace que el sentimiento individual de competencia aumente, con lo que se incrementará la motivación interna y la autoconfianza, muy relacionada ésta con la toma de decisiones en el juego.



La motivación de un jugador influirá sustancialmente en su nivel de activación. Los niveles de activación adecuados cambian. Unas veces será necesario bajarlos y otras subirlos. Una misma situación será enfrentada de manera diferente por distintos deportistas, no hay una misma fórmula para todos. Por ejemplo, el comienzo de un partido es una situación clara, en el cinco inicial puede haber jugadores que, por ser la primera vez que forman parte de ese quinteto salgan demasiado activados, deseosos de aprovechar la oportunidad, y otros que, por ser fijos y considerar el partido un mero trámite, les falte poco para bostezar..., ni en un caso ni en otro estarán en condiciones de rendir al máximo.



Un inadecuado nivel de activación provocará descensos en el rendimiento. Por ejemplo cuando estamos nerviosos nuestro foco atencional se estrecha, nuestras señales internas empiezan a hacerse las dueñas de la situación y esto provoca una pérdida de información externa, de lo que pasa a nuestro alrededor, y es entonces cuando las probabilidades de fallar (pases, tiros, decisiones incorrectas, faltas“tontas”,etc) se multiplican.



El trabajo para conseguir un nivel óptimo de activación será en relajación para reducir niveles demasiado altos de activación y técnicas de energización para subirlos.



En resumen el entrenador debe buscar la motivación del equipo para llegar la consecución del máximo esfuerzo individual y colectivo, buscando el nivel óptimo de activación los jugadores, según la situación, que les llevará a la posibilidad de un rendimiento máximo. Pero ¿CÓMO SE CONSIGUE ESTO? La verdad es que no es sencillo dar con la tecla adecuada porque hay que tener muchas variables en cuenta.



            Hace un par de años, antes de un partido de nuestro equipo junior, cambiamos la charla técnica del vestuario por la proyección del video que presentamos al final del texto. Este video combinaba imágenes de la película de Braveheart con secuencias de partidos nuestros. Los objetivos que se pretendían conseguir eran:

ü Repasar conceptos tácticos, haciendo hincapié sobre todo en los aspectos que hacíamos bien y salir al partido con una actitud positiva.

ü Transmitir el mensaje de jugar con intensidad (con corazón) pero también con inteligencia (con cabeza).

ü Fomentar la motivación para el encuentro y afrontarlo con muchas ganas y confianza en nosotros mismos.



En el partido no se consiguió la victoria, fue uno de los dos partidos que se perdió en toda la liga regular. Es cierto que el equipo salió muy motivado e intenso pero tuvimos muchos errores en la toma de decisiones, quizás debido un nivel de activación muy elevado. Prueba de ello fue los tres jugadores expulsados (quizás nos identificamos demasiado con la lucha de los escoceses del video jeje) o las precipitaciones en ataque. La lectura que había que hacer del partido no era negativa (a pesar de la derrota), conseguimos jugar con intensidad que es muy importante, ahora debíamos centrarnos en mejorar nuestras lecturas de juego para ser más competitivos en el futuro.


domingo, 3 de junio de 2012

PASIÓN POR EL BASKET


            Hoy recuperamos una interesante entrevista del seleccionador nacional de baloncesto, Sergio Scariolo, realizada por Víctor López-Milla (entrenador de basket y buen amigo) el año pasado para el blog de la escuela de baloncesto de La Solana.



           Scariolo opina sobre cómo debe desarrollarse la formación de baloncesto en edades tempranas. Destaca ante todo "la pasión" que deben transmitir los entrenadores en el proceso enseñanza-aprendizaje del basket.





"Nothing great can be done without passion" (Oscar Wilde)


sábado, 2 de junio de 2012

ATAQUE CONTRA ZONAS

         
          En baloncesto encontramos la posibilidad de realizar defensa individual o en zona, pero también existen otras variables como defensas alternativas, combinadas, zonas mixtas o match-up. En un partido se llevan a cabo defensas en zona cuando:

  • Un equipo es inferior físicamente al adversario.
  • El rival no tiene buenos lanzadores.
  • El entrenador quiere proteger a los jugadores interiores porque están cargados de faltas personales o pretende romper el ritmo del encuentro en un momento determinado.
  • En los saques de fondo y de banda se quiere evitar canastas fáciles cerca del aro.


          No soy partidario de utilizar las defensas en zona en edades de formación porque, aunque los equipos suelen obtener una sustancial ventaja en sus resultados, los jugadores no aprenden los conceptos básicos defensivos. En la categoría infantil no se debería permitir, y sí a partir de cadetes, utilizándola los entrenadores como un recurso y no cómo principal arma defensiva (siempre que los jugadores tengan asimilados los principios generales de la defensa individual previamente).



          Desgraciadamene para nuestro deporte es bastante habitual encontrar defensas zonales en las categorías de formación. Por tanto sería conveniente que nuestro equipo estuviera preparado para poder atacar cualquier planteamiento táctico. En el video proponemos una forma fácil de poder llevar a cabo nuestro ataque  contra zonas mediante conceptos sencillos en función de la situación del balón o los defensores. 


miércoles, 30 de mayo de 2012

GANAR O FORMAR ESA ES LA CUESTIÓN


              Como director de una escuela de baloncesto y entrenador de un equipo junior desde hace varias temporadas, siempre he tenido presente las palabras GANAR o FORMAR. Pero ha sido especialmente en este curso baloncestístico, como decía el bueno de Andrés Montes, donde más he tenido que reflexionar sobre estos aspectos.



Cuando un entrenador de deporte base dirige un equipo de chicos de baloncesto, desde el principio debe tomar decisiones a la hora de planificar y llevar a cabo su trabajo. Éstas dependen de multitud de variables como características de la escuela o del club, categoría, tipo de liga en la que participa, nivel del equipo o jugadores, recursos, entorno... Así, una vez que el entrenador dispone de toda la información que le proporciona el contexto debe definir cuáles son los objetivos y la hoja de ruta para intentar conseguirlos. En este momento, dentro de la metodología que el entrenador va a desempeñar, es cuando aparecen palabras como GANAR o FORMAR o, lo que es lo mismo, “ganar para formar” o “formar para ganar”. Ambos términos (GANAR o FORMAR) no tienen por qué convertirse en contradictorios y pueden incluso llegar a complementarse, pero en los entrenadores suele tener más peso específico uno que el otro. 




               Los entrenadores que se decantan solo por la receta de “ganar”, se marcan como único objetivo alcanzar resultados en forma de victorias en los partidos o conseguir un determinado campeonato (normalmente de forma inmediata), sin importarles los medios para conseguirlo. Suelen adoptar una postura egoísta al pensar solo en su propio beneficio. Algunos ejemplos sería equipos infantiles los cuarenta minutos metidos en zona esperando el fallo del rival, especialización demasiado temprana de jugadores o la participación en los partidos solo de los chicos más dotados. Realativo a esta última circunstancia, hace un par de años en unas semifinales de un campeonato provincial de minibasket, el entrenador de un equipo mandaba a la grada a tres de los jugadores que se encontraban realizando el calentamiento justo antes de comenzar el partido (casualmente eran los menos habilidosos y según las normas los jugadores inscritos en el acta deben jugar como mínimo un cuarto entero).

               En el otro extremo encontraríamos a los entrenadores que apuestan por la fórmula de “formar”. Buscan ante todo la formación del jugador, pero no solo la mejora técnico-táctica a nivel individual y colectiva del equipo a largo plazo, sino la formación integral de los chicos utilizando el basket como vehículo transmisor de valores como trabajo en equipo, juego limpio, disciplina, sacrificio, afán de superación, etc. De esta manera se procura conseguir objetivos en un futuro como formar jugadores para equipos seniors, pero primero hacer hincapié en el fomento de los valores mencionados y en la educación de actitudes positivas que le serán a los chicos muy útiles en su vida adulta, “primero formar personas y luego jugadores”. Este tipo de entrenador deja su ego a un lado y se preocupa más de la progresión de los integrantes del equipo a todos los niveles. Un ejemplo sería que el entrenador anime a sus jugadores después de haber perdido un partido restándole trascendencia a la derrota, sobre todo si han dado todo lo que tenían en la cancha. Otro caso sería no convocar al  jugador “estrella” para un determinado partido por falta de disciplina (para dar ejemplo al resto del equipo).



Comparando los dos perfiles, parece claro que el entrenador formador es el paradigma a seguir ya que promueve la verdadera esencia del deporte. Pero en el deporte como en la vida las cosas no son blancas o negras, sino que puede haber infinidad de matices. Además, la filosofía o idea de entender el baloncesto por parte del entrenador, que forma parte de un todo, interactúa con muchos agentes. Entre los más importantes están:
·        Los jugadores son la piedra angular del proyecto y deben ser los verdaderos protagonistas. Los chicos hacen deporte por muchas razones como aprender una nueva habilidad, mejorar su forma física, encontrar amigos y sobre todo por diversión. Pero, ¿qué importancia tiene en ellos perder o ganar?
Esta pregunta nos la hicimos este año el entrenador del equipo cadete de nuestra escuela y yo. Tras conseguir el campeonato provincial el equipo cadete de la temporada anterior, este año nos correspondía jugar en la liga regional, una competición mucho más exigente y con una generación con menos nivel que la que consiguió el ascenso. Teníamos dos opciones: continuar en la liga provincial donde seguramente podríamos estar en la parte alta de la clasificación o ascender a la liga regional para permanecer en los puestos de abajo. Después de valorar que en el campeonato regional los partidos se juegan a reloj parado, los árbitros son federados, el número de encuentros disputados es más numeroso y la calidad de los equipos superior, desde la escuela pensábamos que la mejor opción era jugar en la liga regional. Antes de tomar la decisión definitiva, nos reunimos con todos los jugadores para exponerles nuestro punto de vista. Les explicamos que considerábamos que era una experiencia más enriquecedora para ellos disputar la liga autonómica, que como escuela deportiva no nos importaban los resultados y era una oportunidad para que pudieran progresar más y así se notara menos el cambio a la categoría junior el año siguiente. Todos los jugadores estuvieron de acuerdo con asumir el reto comprometiéndose a no faltar a entrenamientos y esforzarse a pesar de que de antemano sabían que iba a ser un año difícil en resultados. Al final se jugó en dicha liga y los resultados no llegaban (hubo mala suerte en forma de lesiones y partidos perdidos en los últimos instantes), ganando solamente un partido en todo el torneo. Esta circunstancia repercutió en un ambiente enrarecido, poca motivación en los entrenamientos y abandono de algunos jugadores del equipo en las postrimerías de la temporada.
En definitiva, los jugadores son al final los que tienen la última palabra y  los que deben de estar convencidos de lo que hacen, si no es así no tiene sentido el trabajo del entrenador aunque esté bien planteado.


·        Los padres tienen un papel fundamental en la conducta de los hijos. Seguro que todos hemos presenciado algún comportamiento inapropiado en la grada de un polideportivo, como un padre protestando a los árbitros dando mal ejemplo o incluso con insultos. También a veces de forma inconsciente pueden transmitirles valores no muy positivos después de un partido cuando llegan a casa preguntando: “¿Habéis ganado?”. Si lo principal en la formación no debe ser el resultado, quizás esta no es la primera pregunta que deban realizar y sí otras como: “¿Qué tal lo has pasado?”.


·       Los directivos de los clubes o directores de las escuelas deportivas son una parte muy importante del sistema, ya que tienen un grado alto de responsabilidad a la hora de marcar las pautas o el camino a seguir de sus equipos para conseguir un determinado objetivo, que dependerá en buena medida de su forma de entender el deporte.


·       El deporte profesional sirve como espejo donde mirarse a todos los agentes que intervienen en el deporte de formación, siendo a veces una influencia no demasiada positiva ya que se trata de un modelo que solo persigue resultados al final de la temporada.


Desde mi punto de vista la situación ideal sería encontrar el equilibrio entre el binomio FORMAR-GANAR, incidiendo, no obstante, en la formación del jugador.  No hay una fórmula mágica para lograrlo, porque hay muchos factores que intervienen en este proceso como hemos visto, pero la clave será la habilidad que el entrenador tenga para conseguir esa combinación adaptándose a la situación en un contexto determinado.







En las competiciones evidentemente hay que transmitir a los jugadores la ilusión de luchar por la victoria, pero no la idea de buscarla a cualquier precio. Hay que inculcar a los chicos que los triunfos vienen como consecuencia de un trabajo previo y hay que tener paciencia para poder lograrlos. De esta manera la competición no hay que entenderla como un fin en sí mismo, sino como un medio formador donde los jugadores deben DIVERTIRSE ante todo.





           Si un equipo consigue a lo largo de la temporada que los jugadores no falten a entrenar, respeten las normas pactadas, se esfuercen al máximo por progresar tanto en partidos como en entrenamientos y estén cohesionados,  el ÉXITO ya está conseguido, independientemente del número de partidos ganados o perdidos que refleje la clasificación. Si ponemos el acento en el proceso el éxito dependerá de nosotros mismos, si en cambio supeditamos el éxito al producto final, dependeremos también de otras variables que estarán fuera de nuestro alcance como son el nivel de los otros equipos (que también entrenan para competir), la suerte (p.ej. que entre el último lanzamiento o que nos respeten las lesiones) o una decisión arbitral en un partido ajustado.