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sábado, 23 de junio de 2012

LA RESISTENCIA EN BALONCESTO


          La resistencia es la capacidad psicofísica del deportista para resistir la fatiga con una mayor o menor intensidad en un tiempo determinado. Podemos dividir la resistencia en:

Ø Resistencia aeróbica: permite mantener durante largo tiempo un esfuerzo continuo en el transcurso del cual el aporte de oxígeno a la sangre permite cubrir las necesidades del gasto muscular. Existe un equilibrio entre gasto y aporte que proviene de la oxidación del glucógeno y/o grasas acumuladas.

Ø Resistencia anaeróbica: permite prolongar durante el mayor tiempo posible un esfuerzo de intensidad máxima con una elevada deuda de oxígeno. Distinguimos entre:

w  Resistencia anaeróbica aláctica cuando se realiza esfuerzos intensos de corta duración, siendo la moneda energética el ATP muscular y la fosfocreatina (PC), por ejemplo una intensidad máxima durante 6 segundos o una intensidad submáxima durante 15 ó 20 segundos.

w  Resistencia anaeróbica láctica que sería entre 30 segundos y 2 minutos a una intensidad elevada, disponiendo como sistema energético la glucólisis anaeróbica consistente en degradar la glucosa con ausencia de oxígeno, de tal manera que se transforma en ácido láctico.

El baloncesto tiene un carácter de exigencia metabólico mixto. Tiene unos requerimientos de resistencia aeróbica por la duración del partido (una hora y media de trabajo más o menos) con un gran porcentaje de acciones rápidas cuyo metabolismo es anaeróbico aláctico y  aunque en los últimos estudios se demuestra que cada vez este deporte tiende a menos momentos de requerimiento láctico, también hay que tenerlo en cuenta.



Factores importantes que hay que considerar a la hora de planificar el trabajo de la resistencia en basket serían los tiempos de pausa y participación, según el estudio realizado por Colli y Faina (1987) llegan a las siguientes conclusiones:

·       Cerca del 52% de los tiempos de juego están concentrados en períodos que oscilan de 11 a 40 segundos, siendo muy raros los intervalos de juego que se prolongan hasta los 120 segundos.

·       El 42 % de los tiempos de pausa se concentran también están entre los 11 y 40 segundos con motivos de: balones que salen fuera, tiempos muertos, faltas o cambios de jugadores.


Otra consideración importante sería que la distancia media que realiza un jugador en un partido es de 5,5 km. Por último otro dato que hay que valorar es que durante la competición los jugadores de baloncesto suelen tener entre 160 y 195 pul/min y que lo descansos cortos e incompletos hacen que las pulsaciones no suelan bajar de las 110 p/m.

      La resistencia en baloncesto no es una capacidad condicionante como lo podría ser en deportes cíclicos como el ciclismo, natación o atletismo, por tanto el baloncesto lo podríamos definir como un deporte de potencia o fuerza explosiva. Aún así en el baloncesto y en los deportes colectivos hay que tener un nivel suficiente de resistencia general para poder asimilar los entrenamientos específicos, permitir el mantenimiento de una intensidad variable de carga variable durante el partido, evitar que el gesto técnico se distorsione o buscar la recuperación rápida entre las fases variables de esfuerzo y descanso.

En definitiva el entrenamiento de la resistencia en el baloncesto, tiene como objetivo el crear la base necesaria para un amplio entrenamiento técnico-táctico y también para mejorar la capacidad de recuperación durante las fases de baja intensidad competitiva.

La pretemporada es el período del año más importante en cuanto a trabajo de resistencia, sobre todo volumen de resistencia aeróbica creando una base para toda la temporada. Con el transcurso de los primeros entrenamientos se debe ir aumentando el volumen del trabajo de la resistencia paulatinamente. Después se buscará mayor especificidad de la carga disminuyendo el volumen y aumentando la intensidad (incrementando el ritmo en los ejercicios o reduciendo el tiempo de recuperación entre ellos).

La resistencia se puede trabajar mediante estímulos físicos o estímulos técnico-tácticos, es decir fuera de la cancha (basado principalmente en ejercicios de atletismo) o en pista (con el entrenamiento integrado). Cuando no se entrena con equipos profesionales es conveniente el trabajo de la resistencia en pista para rentabilizar el tiempo con contenidos técnico-tácticos, buscar mayor motivación en los jugadores y mayor transferencia al juego real.

 Cuando se planifican varios objetivos en la misma sesión, la resistencia aeróbica debería trabajarse al final para no condicionar el resto del entrenamiento, teniendo en cuenta el resto de contenidos. Una vez que ya se tiene la base aeróbica suficiente en el transcurso de la temporada, los ejercicios en los entrenamientos deben ser lo más parecidos posible a la competición:
·       No superar los dos minutos y medio de duración sin descanso (excepto en el calentamiento o períodos vacacionales como Navidad o Semana Santa).
·       No realizar pausas superiores al minuto y medio.
·       Llevar a cabo ejercicios con variaciones de ritmo.

Un error común en los entrenadores, aunque pretendemos que nuestros equipos se encuentren en las mejores condiciones físicas, es trabajar demasiado la resistencia repercutiendo negativamente en otras cualidades físicas como la potencia.

En categorías de formación hay que valorar no solamente la edad biológica de los jugadores sino la madurativa, ya que no todos los chicos tienen el mismo ritmo de desarrollo. En líneas generales podemos resumir:
-        Se puede empezar a trabajar la resistencia en categoría baby-basket desde los 8-9 años con cargas que impliquen grandes grupos musculares haciendo hincapié en la capacidad aeróbica. Por ejemplo carrera contínua durante 6 minutos a una intensidad del 60 %.
-        La capacidad aeróbica alcanza su nivel óptimo para poder trabajarla según Fernando Navarro entre los 10 y 13 años (en minibasket e infantil). En cambio no sería hasta los 12-13 años (categoría infantil) en chicas y 14-15 años (categoría cadete) en chicos, cuando deba trabajarse la capacidad anaeróbica láctica.







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