Basket Formación


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domingo, 24 de junio de 2012

EL CIRCO DE LAS MARIPOSAS


          Cuando hablamos del corto "El Circo de las Mariposas", protagonizado por Eduardo Verástegui y ganador del concurso "The Doorpost Film Proyect" en 2009, probablemente pensemos que no tiene nada que ver con el basket. Y quizás sea así, pero desde que Phil Jackson utilizó los dibujos animados de "El Mago de Oz" para transmitir detarminados mensajes a sus jugadores de los míticos Chicago Bulls de Michel Jordan, parece que el abanico de posibilidades se abre un poco más a la hora de buscar material didáctico para un equipo deportivo.


          Si reflexinamos sobre los temas que se tratán en este corto como la humildad, esperanza, autoconfianza, afán de superación o respeto a las diferencias individuales, problemente haya similitudes que podamos encontrar en cualquier grupo humano y un equipo de baloncesto no es una excepción.


          Por otro lado también podemos ver en "El Circo de las Mariposas" como se manifiesta el llamado efecto pigmalión, basado en la mitología griega cuando un escultor se enamora de una creación (Galatea). Afrodita la convierte en una persona real al comprobar el amor que sentía Pigmalión por ella. Este suceso fue nombrado como el efecto pigmalión, ya que superó lo que esperaba de sí mismo al crear una escultura tan perfecta que llega a enamorarse de ella.


          Esta historia se puede traducir al mundo del deporte cuando las creencias o las expectativas que los entrenadores tienen de sus jugadores ejercen una influencia en su rendimiento. Esta influencia puede ser positiva o negativa, de esta manera si un entrenador confía en un jugador y le hace sentir valioso dentro de un equipo, sus posiblidades de éxito aumentarán considerablemente porque tendrá mayor confianza en si mismo y afianzará o mejorará sus cualidades. También podría darse el caso contrario.





"Mientras mayor es la lucha, más glorioso es el triunfo"

sábado, 23 de junio de 2012

LA RESISTENCIA EN BALONCESTO


          La resistencia es la capacidad psicofísica del deportista para resistir la fatiga con una mayor o menor intensidad en un tiempo determinado. Podemos dividir la resistencia en:

Ø Resistencia aeróbica: permite mantener durante largo tiempo un esfuerzo continuo en el transcurso del cual el aporte de oxígeno a la sangre permite cubrir las necesidades del gasto muscular. Existe un equilibrio entre gasto y aporte que proviene de la oxidación del glucógeno y/o grasas acumuladas.

Ø Resistencia anaeróbica: permite prolongar durante el mayor tiempo posible un esfuerzo de intensidad máxima con una elevada deuda de oxígeno. Distinguimos entre:

w  Resistencia anaeróbica aláctica cuando se realiza esfuerzos intensos de corta duración, siendo la moneda energética el ATP muscular y la fosfocreatina (PC), por ejemplo una intensidad máxima durante 6 segundos o una intensidad submáxima durante 15 ó 20 segundos.

w  Resistencia anaeróbica láctica que sería entre 30 segundos y 2 minutos a una intensidad elevada, disponiendo como sistema energético la glucólisis anaeróbica consistente en degradar la glucosa con ausencia de oxígeno, de tal manera que se transforma en ácido láctico.

El baloncesto tiene un carácter de exigencia metabólico mixto. Tiene unos requerimientos de resistencia aeróbica por la duración del partido (una hora y media de trabajo más o menos) con un gran porcentaje de acciones rápidas cuyo metabolismo es anaeróbico aláctico y  aunque en los últimos estudios se demuestra que cada vez este deporte tiende a menos momentos de requerimiento láctico, también hay que tenerlo en cuenta.



Factores importantes que hay que considerar a la hora de planificar el trabajo de la resistencia en basket serían los tiempos de pausa y participación, según el estudio realizado por Colli y Faina (1987) llegan a las siguientes conclusiones:

·       Cerca del 52% de los tiempos de juego están concentrados en períodos que oscilan de 11 a 40 segundos, siendo muy raros los intervalos de juego que se prolongan hasta los 120 segundos.

·       El 42 % de los tiempos de pausa se concentran también están entre los 11 y 40 segundos con motivos de: balones que salen fuera, tiempos muertos, faltas o cambios de jugadores.


Otra consideración importante sería que la distancia media que realiza un jugador en un partido es de 5,5 km. Por último otro dato que hay que valorar es que durante la competición los jugadores de baloncesto suelen tener entre 160 y 195 pul/min y que lo descansos cortos e incompletos hacen que las pulsaciones no suelan bajar de las 110 p/m.

      La resistencia en baloncesto no es una capacidad condicionante como lo podría ser en deportes cíclicos como el ciclismo, natación o atletismo, por tanto el baloncesto lo podríamos definir como un deporte de potencia o fuerza explosiva. Aún así en el baloncesto y en los deportes colectivos hay que tener un nivel suficiente de resistencia general para poder asimilar los entrenamientos específicos, permitir el mantenimiento de una intensidad variable de carga variable durante el partido, evitar que el gesto técnico se distorsione o buscar la recuperación rápida entre las fases variables de esfuerzo y descanso.

En definitiva el entrenamiento de la resistencia en el baloncesto, tiene como objetivo el crear la base necesaria para un amplio entrenamiento técnico-táctico y también para mejorar la capacidad de recuperación durante las fases de baja intensidad competitiva.

La pretemporada es el período del año más importante en cuanto a trabajo de resistencia, sobre todo volumen de resistencia aeróbica creando una base para toda la temporada. Con el transcurso de los primeros entrenamientos se debe ir aumentando el volumen del trabajo de la resistencia paulatinamente. Después se buscará mayor especificidad de la carga disminuyendo el volumen y aumentando la intensidad (incrementando el ritmo en los ejercicios o reduciendo el tiempo de recuperación entre ellos).

La resistencia se puede trabajar mediante estímulos físicos o estímulos técnico-tácticos, es decir fuera de la cancha (basado principalmente en ejercicios de atletismo) o en pista (con el entrenamiento integrado). Cuando no se entrena con equipos profesionales es conveniente el trabajo de la resistencia en pista para rentabilizar el tiempo con contenidos técnico-tácticos, buscar mayor motivación en los jugadores y mayor transferencia al juego real.

 Cuando se planifican varios objetivos en la misma sesión, la resistencia aeróbica debería trabajarse al final para no condicionar el resto del entrenamiento, teniendo en cuenta el resto de contenidos. Una vez que ya se tiene la base aeróbica suficiente en el transcurso de la temporada, los ejercicios en los entrenamientos deben ser lo más parecidos posible a la competición:
·       No superar los dos minutos y medio de duración sin descanso (excepto en el calentamiento o períodos vacacionales como Navidad o Semana Santa).
·       No realizar pausas superiores al minuto y medio.
·       Llevar a cabo ejercicios con variaciones de ritmo.

Un error común en los entrenadores, aunque pretendemos que nuestros equipos se encuentren en las mejores condiciones físicas, es trabajar demasiado la resistencia repercutiendo negativamente en otras cualidades físicas como la potencia.

En categorías de formación hay que valorar no solamente la edad biológica de los jugadores sino la madurativa, ya que no todos los chicos tienen el mismo ritmo de desarrollo. En líneas generales podemos resumir:
-        Se puede empezar a trabajar la resistencia en categoría baby-basket desde los 8-9 años con cargas que impliquen grandes grupos musculares haciendo hincapié en la capacidad aeróbica. Por ejemplo carrera contínua durante 6 minutos a una intensidad del 60 %.
-        La capacidad aeróbica alcanza su nivel óptimo para poder trabajarla según Fernando Navarro entre los 10 y 13 años (en minibasket e infantil). En cambio no sería hasta los 12-13 años (categoría infantil) en chicas y 14-15 años (categoría cadete) en chicos, cuando deba trabajarse la capacidad anaeróbica láctica.







viernes, 8 de junio de 2012

LA MOTIVACIÓN EN BALONCESTO


           La motivación, podemos considerarla como la intensidad y dirección del impulso que nos lleva a actuar o a cambiar nuestra conducta en un sentido u otro. La realización de cualquier tarea humana está basada en factores motivantes, pueden ser internos o externos, que nos llevan a la actuación. En definitiva es la “gasolina que mueve el sistema” (Ruiz Pérez).



Factores internos de la motivación son: 1) la completa implicación en la actividad, 2) que la tarea constituya un desafío y raramente sea aburrida, 3) la percepción de que las posibilidades de realizar una tarea son perfectamente realizables con las capacidades que se tienen, si las habilidades son mayores que la oportunidad para utilizarlas llegará el aburrimiento, y si la dificultad de la tarea es superior a las capacidades del individuo, el resultado será la ansiedad o estrés.



Como factores externos encontramos recompensas económicas (primas por partido ganado, becas...), material deportivo, incentivos o refuerzos y estatus social...



Centrándonos en la motivación intrínseca (factores internos), será importante la gestión de objetivos para reducir la incertidumbre en los deportistas sobre lo que se espera de ellos, al mismo tiempo que se les proporciona información sobre cómo alcanzar sus metas, todo ello hace que aumenten las posibilidades de conseguirlas y se minimicen los costes.



Para la realización de esta gestión de objetivos tendremos en cuenta:

  • Diseño individual y grupal de metas. Participación individual y grupal de todos los miembros del equipo, buscando la aceptación y el acuerdo en metas realistas.

  • Calendario de objetivos. Los objetivos han de estar diseñados a corto, medio y largo plazo para que sean útiles. Son también más efectivos los que se basan en la ejecución y no en el rendimiento.



La consecución de objetivos o metas hace que el sentimiento individual de competencia aumente, con lo que se incrementará la motivación interna y la autoconfianza, muy relacionada ésta con la toma de decisiones en el juego.



La motivación de un jugador influirá sustancialmente en su nivel de activación. Los niveles de activación adecuados cambian. Unas veces será necesario bajarlos y otras subirlos. Una misma situación será enfrentada de manera diferente por distintos deportistas, no hay una misma fórmula para todos. Por ejemplo, el comienzo de un partido es una situación clara, en el cinco inicial puede haber jugadores que, por ser la primera vez que forman parte de ese quinteto salgan demasiado activados, deseosos de aprovechar la oportunidad, y otros que, por ser fijos y considerar el partido un mero trámite, les falte poco para bostezar..., ni en un caso ni en otro estarán en condiciones de rendir al máximo.



Un inadecuado nivel de activación provocará descensos en el rendimiento. Por ejemplo cuando estamos nerviosos nuestro foco atencional se estrecha, nuestras señales internas empiezan a hacerse las dueñas de la situación y esto provoca una pérdida de información externa, de lo que pasa a nuestro alrededor, y es entonces cuando las probabilidades de fallar (pases, tiros, decisiones incorrectas, faltas“tontas”,etc) se multiplican.



El trabajo para conseguir un nivel óptimo de activación será en relajación para reducir niveles demasiado altos de activación y técnicas de energización para subirlos.



En resumen el entrenador debe buscar la motivación del equipo para llegar la consecución del máximo esfuerzo individual y colectivo, buscando el nivel óptimo de activación los jugadores, según la situación, que les llevará a la posibilidad de un rendimiento máximo. Pero ¿CÓMO SE CONSIGUE ESTO? La verdad es que no es sencillo dar con la tecla adecuada porque hay que tener muchas variables en cuenta.



            Hace un par de años, antes de un partido de nuestro equipo junior, cambiamos la charla técnica del vestuario por la proyección del video que presentamos al final del texto. Este video combinaba imágenes de la película de Braveheart con secuencias de partidos nuestros. Los objetivos que se pretendían conseguir eran:

ü Repasar conceptos tácticos, haciendo hincapié sobre todo en los aspectos que hacíamos bien y salir al partido con una actitud positiva.

ü Transmitir el mensaje de jugar con intensidad (con corazón) pero también con inteligencia (con cabeza).

ü Fomentar la motivación para el encuentro y afrontarlo con muchas ganas y confianza en nosotros mismos.



En el partido no se consiguió la victoria, fue uno de los dos partidos que se perdió en toda la liga regular. Es cierto que el equipo salió muy motivado e intenso pero tuvimos muchos errores en la toma de decisiones, quizás debido un nivel de activación muy elevado. Prueba de ello fue los tres jugadores expulsados (quizás nos identificamos demasiado con la lucha de los escoceses del video jeje) o las precipitaciones en ataque. La lectura que había que hacer del partido no era negativa (a pesar de la derrota), conseguimos jugar con intensidad que es muy importante, ahora debíamos centrarnos en mejorar nuestras lecturas de juego para ser más competitivos en el futuro.


domingo, 3 de junio de 2012

PASIÓN POR EL BASKET


            Hoy recuperamos una interesante entrevista del seleccionador nacional de baloncesto, Sergio Scariolo, realizada por Víctor López-Milla (entrenador de basket y buen amigo) el año pasado para el blog de la escuela de baloncesto de La Solana.



           Scariolo opina sobre cómo debe desarrollarse la formación de baloncesto en edades tempranas. Destaca ante todo "la pasión" que deben transmitir los entrenadores en el proceso enseñanza-aprendizaje del basket.





"Nothing great can be done without passion" (Oscar Wilde)


sábado, 2 de junio de 2012

ATAQUE CONTRA ZONAS

         
          En baloncesto encontramos la posibilidad de realizar defensa individual o en zona, pero también existen otras variables como defensas alternativas, combinadas, zonas mixtas o match-up. En un partido se llevan a cabo defensas en zona cuando:

  • Un equipo es inferior físicamente al adversario.
  • El rival no tiene buenos lanzadores.
  • El entrenador quiere proteger a los jugadores interiores porque están cargados de faltas personales o pretende romper el ritmo del encuentro en un momento determinado.
  • En los saques de fondo y de banda se quiere evitar canastas fáciles cerca del aro.


          No soy partidario de utilizar las defensas en zona en edades de formación porque, aunque los equipos suelen obtener una sustancial ventaja en sus resultados, los jugadores no aprenden los conceptos básicos defensivos. En la categoría infantil no se debería permitir, y sí a partir de cadetes, utilizándola los entrenadores como un recurso y no cómo principal arma defensiva (siempre que los jugadores tengan asimilados los principios generales de la defensa individual previamente).



          Desgraciadamene para nuestro deporte es bastante habitual encontrar defensas zonales en las categorías de formación. Por tanto sería conveniente que nuestro equipo estuviera preparado para poder atacar cualquier planteamiento táctico. En el video proponemos una forma fácil de poder llevar a cabo nuestro ataque  contra zonas mediante conceptos sencillos en función de la situación del balón o los defensores.